Para formar el portafolio
del alumno creo que debemos partir definiendo con claridad los objetivos,
propósitos, para saber exactamente ¿qué se evaluará?, ¿qué evidencias debemos tener?, ¿si
queremos evaluar los mejores trabajos o el progreso de los aprendizajes?.
Al determinar las
evidencias, es importante que el alumno lo conozca, que participe en la elección en lo posible, para que le permita una
reflexión conjunta sobre los aprendizajes logrados, como también al docente le ayuda a reflexionar sobre las estrategias y
actividades que ha utilizado.
Creo que poco a poco, pero
con frecuencia, con insistencia, con
entrenamiento se lo puede ir logrando y utilizando como una herramienta que
permite la evaluación del trabajo del docente, la auto evaluación, una coevaluación profesor alumno, la
evaluación entre compañeros.
Así como el docente va aprendiendo también los alumnos lo van haciendo si lo vamos aplicando desde pequeños les vamos dando pautas para que vaya utilizando esta herramienta para ver el progreso de sus aprendizajes.
El diseño de las rúbricas, las listas de control o escalas necesitan partir
primero de un querer hacer del docente, de un estudio, de una práctica y
dominio para poder elaborarlas, creo que ese es un reto que hay que asumirlo ya
que las ventajas de que se pueda evaluar los procesos de desarrollo de aprendizajes
y habilidades vale la pena hacerlo.
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